LO QUE DICEN LOS EXPERTOS

¿Qué es la cetosis?

UN ESTADO METABÓLICO

La cetosis

Cetosis es un estado metabólico en el que el cuerpo utiliza la grasa como fuente principal de energía. Este proceso resulta de especial interés tanto para nutricionistas como para quienes desean cuidar su salud o perder peso. ¿Cómo funciona exactamente la cetosis? ¿Qué ventajas y qué riesgos implica y cómo se llega a ese estado? A continuación se lo explicamos.

¿Cómo funciona la cetosis?

El principal combustible de nuestro metabolismo son los hidratos de carbono o, más exactamente, las moléculas de glucosa. El organismo almacena el exceso de glucosa que no se necesita de forma inmediata en el hígado y en el tejido muscular. Cuando las reservas de glucógeno se agotan -por ejemplo, debido a un ayuno prolongado, a una dieta cetogénica o a un entrenamiento deportivo intensivo- y no se reponen en forma de una comida rica en hidratos de carbono, el cuerpo tiene que obtener la energía que necesita de otra manera e inevitablemente moviliza sus reservas de grasa. Las células adiposas liberan los ácidos grasos almacenados en ellas en el torrente sanguíneo, que, a su vez, los distribuye a las células del organismo. En resumen, cuando el cuerpo agota sus reservas de glucosa, comienza a descomponer la grasa corporal.

Aunque este proceso pueda parecer sencillo y práctico a primera vista, es en realidad bastante complejo. Mientras que la mayoría de los tejidos corporales (como la musculatura del esqueleto, el músculo cardíaco, los riñones y el hígado) son capaces de convertir en energía incluso los ácidos grasos poco solubles en agua, otros tejidos, en particular el cerebro, no pueden hacerlo. Para alimentar a estas células, el hígado convierte los ácidos grasos en moléculas más pequeñas conocidas como ‘cuerpos cetónicos’. Los más importantes son el beta-hidroxibutirato (BHB), el ácido acetónico y el acetoacetato. A diferencia de los ácidos grasos, los cuerpos cetónicos pueden atravesar la barrera hematoencefálica.

Este estado metabólico, que se caracteriza por una mayor concentración de cuerpos cetónicos en la sangre y en el espacio intercelular, se denomina cetosis. A mayor concentración de cuerpos cetónicos en la sangre, más de ellos atraviesan las paredes celulares para alimentar los órganos. Sin embargo, alrededor del 25% se «pierden» por el camino y se eliminan por la orina, razón por la cual se pueden utilizar tiras reactivas, llamadas Ketosticks, para medir si se está en cetosis o no.

Poco a poco, las células «aprenden» a convertir los cuerpos cetónicos en energía con la ayuda de enzimas. El metabolismo pasa de quemar azúcar a quemar grasa. Este cambio se conoce también como «cambio metabólico» (metabolic switch en inglés).

La cetosis protege los músculos

Un mito muy común afirma que el ayuno puede ser peligroso porque cuando el cuerpo descompone las proteínas de los músculos para obtener energía, lo que provoca es pérdida de masa muscular. Esta creencia refleja un malentendido sobre la contribución relativa de los distintos combustibles a la producción de energía durante el ayuno. En los dos primeros días de ayuno, el organismo utiliza una cantidad mínima de proteínas corporales para la producción de glucosa. Durante el ayuno, la grasa pasa a ser, sin embargo, el principal combustible para la producción de energía, lo que explica por qué tanto los animales que viven en libertad como los seres humanos no muestran ninguna alteración en su rendimiento muscular durante el ayuno.

Métodos para entrar en cetosis

Un método propagado desde hace algunos años en foros de pérdida de peso y fitness para provocar y mantener el «cambio metabólico» descrito anteriormente es la llamada dieta cetogénica o «dieta keto». Básicamente, se trata de una variante radical de la dieta baja en carbohidratos conocida desde hace tiempo, con una reducción aún más estricta de los hidratos de carbono en favor de las grasas y las proteínas. Esta dieta, desarrollada originalmente para la terapia de la epilepsia, se combina a menudo con el ayuno intermitente en la modalidad 16:8, saltándose,  por ejemplo, el desayuno para entrar en cetosis aún más rápido.

La dieta cetogénica clásica contiene entre un 80% y un 85% de grasa, entre un 10% y un 15% de proteínas y alrededor de un 5% de hidratos de carbono. Los edulcorantes y los productos a base de cereales, las legumbres, las verduras con almidón, como las patatas, los boniatos y el maíz, así como la fruta rica en azúcar (por ejemplo, plátanos, peras, mango, uvas, piña, cerezas), los aperitivos, los productos lácteos y las bebidas azucarados son tabú. Como medida a corto plazo, por ejemplo como introducción a una dieta más sana y baja en hidratos de carbono, este tipo de alimentación es seguro para adultos sanos. Sin embargo, al margen de la pérdida de peso y de grasa corporal, los beneficios para la salud de una dieta cetogénica de larga duración son controvertidos.  

Dado que la dieta cetogénica requiere ciertos conocimientos, es bastante cara y suele ser difícil de seguir en el entorno social de la familia y los amigos, no es de extrañar que cada vez haya más proveedores más o menos reputados de suplementos dietéticos, sobre todo en Internet, que supuestamente permiten alcanzar un estado de cetosis sin las restricciones e inconvenientes mencionados. Sin embargo, aún no se ha demostrado de forma convincente que estos suplementos, denominados cetonas exógenas, muy populares en el deporte de competición, tengan los mismos efectos positivos que los cuerpos cetónicos (endógenos) producidos por el propio organismo, y que su uso sea tan eficaz y seguro como afirman los proveedores. No es infrecuente que estos polvos o «bebidas cetónicas» contengan también otros ingredientes y aditivos, a menudo cuestionables. Por esta razón, las organizaciones de protección de los consumidores desaconsejan actualmente la compra y el consumo de tales productos.

El ayuno es un método que ha demostrado ser saludable, seguro y muy eficaz para alcanzar la cetosis, ya sea en la modalidad de ayuno terapéutico clásico en un entorno clínico o con el nuevo «programa para el hogar», el BOX AYUNO de Buchinger Wilhelmi. En comparación con el ayuno convencional, este programa permite una ingesta calórica ligeramente superior, de unas 600 kcal al día, pero contiene una cantidad estrictamente limitada de hidratos de carbono en favor de proteínas de origen vegetal y de grasas saludables. Otras dietas que imitan el ayuno están diseñadas para emular el efecto del ayuno, pero permiten la ingesta de alimentos sólidos y aportan unas 800 calorías al día.

Entretanto, el equipo científico de nuestra clínica ha realizado varios estudios sobre las dos modalidades de ayuno, que confirman la eficacia y los numerosos efectos positivos sobre la salud. Por ejemplo, en un estudio muy completo sobre el papel de los cuerpos cetónicos en el ayuno prolongado (Estudío sobre los cuerpos cetónicos y los beneficios del ayuno prolongado), publicado en la prestigiosa revista Nutrients, pudo demostrarse que la mayoría de los 1.610 sujetos que ayunaron durante un mínimo de cuatro a un máximo de 21 días según el programa de ayuno Buchinger Wilhelmi entraron en cetosis al segundo día de ayuno y se beneficiaron de los efectos saludables de este estado metabólico.

Otro estudio, cuyos resultados se publicarán próximamente, tuvo como objeto el ayuno con el BOX AYUNO de Buchinger Wilhelmi, un programa adaptado de 5 días de duración que puede realizarse en casa. También en este caso, todos los participantes entraron en cetosis.

Efectos de la cetosis sobre la salud

Al ayunar, muchas personas se benefician no solo de una pérdida de peso visible, sino sobre todo de la pérdida de grasa visceral, es decir, la grasa abdominal que rodea los órganos internos, especialmente los digestivos. Entre otras cosas, esta grasa produce ácidos grasos poco saludables y sustancias mensajeras proinflamatorias que aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo II, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y enfermedades cardiovasculares. El término autofagia procede del griego autóphagos – «comerse a sí mismo» – y con él se designa un proceso que podría definirse como un mecanismo de eliminación endógena de residuos: los desechos que se acumulan en las células con el paso del tiempo se empaquetan primero en un envoltorio y a continuación las enzimas los descomponen en sus componentes. La parte reutilizable se recicla, el resto se excreta.

Uno de los muchos efectos positivos de la cetosis es la activación de la autofagia, es decir, la descomposición y el reciclaje de componentes celulares dañados para generar energía. El mecanismo subyacente se describió por primera vez en la década de 1960. En 2016, Yoshinori Ohsumi recibió el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre la autofagia celular. La cetosis o, en su caso, la autofagia desempeña un papel clave en el mantenimiento de la salud. La descomposición de los residuos celulares garantiza que las células puedan seguir cumpliendo correctamente su cometido. Durante la autofagia se filtran virus, bacterias y otros microorganismos, por lo que desempeña también un papel importante para el sistema inmunitario.

Asimismo, la cetosis podría ser igualmente importante en la prevención y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Alzheimer, ya que una autofagia intensificada inhibe la destrucción de las células nerviosas, como sugiere un estudio con animales de laboratorio. Entretanto, la dieta cetogénica (bajo estricto control médico) ha sido reconocida a nivel internacional como tratamiento de la epilepsia resistente a fármacos en niños y adolescentes, pero también parece beneficiar a los adultos. Los científicos piensan que la cetosis aumenta la producción de energía en el cerebro y estimula la formación de un neurotransmisor (GABA) que inhibe la transmisión de impulsos nerviosos.

Muchas personas que ayunan refieren además que tienen más energía, más claridad mental y mayor capacidad de concentración. La razón de ello es, al parecer, la mejora del equilibrio energético del cerebro debido a la cetosis: los cuerpos cetónicos modifican la función de las células nerviosas, lo que podría ser una explicación de la mejora del rendimiento mental durante el ayuno.

Riesgos y efectos secundarios de la cetosis

El cambio del metabolismo al consumo de grasa puede provocar efectos secundarios temporales conocidos como «gripe keto». Los síntomas son parecidos a los de la gripe convencional: dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad, mareos, náuseas y calambres musculares. Algunas personas experimentan estas molestias temporales al iniciar una dieta cetogénica, ya que el cuerpo pasa de utilizar hidratos de carbono para obtener energía a quemar grasa, lo que provoca un desequilibrio electrolítico temporal y deshidratación.

Los efectos secundarios a largo plazo de una dieta cetogénica pueden ser más graves si provoca carencias nutricionales. Los nutricionistas critican, por ejemplo, el alto contenido de proteínas animales y en parte de grasas saturadas y señalan el riesgo de déficits de nutrientes y de fibra debido al evidente desequilibrio en la dieta. En el peor de los casos, puede llegar incluso a provocar daños renales. Por ello, si se pretende seguir una dieta cetogénica a largo plazo, debe hacerse bajo supervisión y orientación médicas.

En particular, las personas que padecen diabetes tipo I, corren también el riesgo de sufrir la llamada cetoacidosis, una acidificación excesiva de la sangre debida a la acumulación de cuerpos cetónicos, que puede provocar un coma diabético si no se trata. Sin embargo, la cetosis nutricional no debe confundirse con la cetoacidosis. Aunque el nivel de cuerpos cetónicos en la sangre puede ser comparable en ambos casos, la cetosis nutricional durante el ayuno es autocontrolada y no causa ninguno de los efectos secundarios que se producen en la cetoacidosis incontrolada, que es un estado patológico.

Control y medición de la cetosis

El análisis de orina es el método más económico y sencillo para monitorizar la cetosis. La medición se lleva a cabo con las ya mencionadas Ketosticks, unas tiras reactivas que cambian de color al ser utilizadas e indican el nivel de cetonas en la orina. Aunque el resultado se ve influido por una serie de factores, como el metabolismo individual, el equilibrio ácido-base, el consumo de alcohol y la función renal, una medición continua durante varios días proporciona una imagen general significativa.

La prueba del aliento, en la que se mide el contenido de acetona presente en el aire exhalado, es más precisa, pero requiere un aparato de medición especial. En la primera fase del cambio metabólico, el contenido de acetona es relativamente alto, disminuyendo progresivamente con el paso de los días.

El análisis de sangre es más preciso todavía. Consiste en extraer una pequeña cantidad de sangre de la yema del dedo con una lanceta, aplicarla a una tira reactiva e introducirla en un dispositivo de medición. En esta prueba se mide el contenido de beta-hidroxibutirato. Los inconvenientes de este método son su coste y la necesidad de tomar una muestra de sangre, lo que puede desanimar a algunas personas.

Las nuevas tecnologías, entre las que se incluye la llamada «monitorización continua de cetonas», permiten incluso la medición continua de la cetosis mediante un dispositivo portátil. Nuestro equipo científico está utilizando esta tecnología en el nuevo estudio clínico «Fast Forward».

En nuestro estudio hemos comparado el método de medición mediante Ketosticks con el método más invasivo del análisis de sangre y hemos comprobado  que los resultados muestran un alto nivel de concordancia. A todos los métodos cabe aplicar lo siguiente: lo ideal es que la medición se realice siempre aproximadamente a la misma hora.

Los resultados de la medición de la cetosis en la orina pueden interpretarse del siguiente modo:  

  • 5 mg/dL: cetosis mínima
  • 15 mg/dL : cetosis ligera
  • 40 mg/dL : cetosis moderada
  • 80-160 mg/dL : cetosis elevada

Consejos para que el ayuno tenga éxito

Los programas de ayuno tienen en la mayoría de los casos una duración entre siete y 21 días (eventualmente, más los días de depuración y readaptación). A fin de preparar el organismo para el cambio metabólico y evitar dolores de cabeza, debe reducir el consumo de sustancias adictivas, como el alcohol, el café y/o la nicotina y el azúcar refinado, aproximadamente una semana antes del inicio del programa. Los días de depuración son también muy importantes: un máximo de dos días de transición para ponerse a tono. En estos días, coma solo alimentos ligeros en pequeñas porciones (por ejemplo, verduras al vapor, fruta y yogur). El alcohol y la nicotina son tabú desde el primer momento. A quien prefiera ahorrarse la molestia de una planificación larga, le recomendamos el BOX AYUNO de Buchinger Wilhelmi, un programa de revitalización de 5 días para hacer en casa, con el que se entra rápidamente en cetosis y que se adapta perfectamente a las necesidades del cuerpo.